domingo, 5 de julio de 2015

DRUIDAS: LOS CHAMANES CELTAS


En Gran Bretaña e Irlanda, los rastros de las primeras prácticas chamánicas pueden verse bajo la superficie de los grandes ciclos míticos celtas, como los que hablan del irlandés Suibhne Geilt, del Taliesin galés y del Finn escocés. La rica tradición de los bardos de estos pueblos no estaba asociada únicamente con la poesía, sino también con la profecía, la visión y la adivinación a través del trance o el sueño vigilado.
 
Los poetas se entrenaban durante doce años, y en los tres últimos se dedicaban a desarrollar sus habilidades chamánicas. Su creencia en la curación espiritual, la sabiduría ancestral, los espíritus y la sacralidad de toda vida está inscrita en todo lo que crearon. Así descubrimos que el bardo del siglo VI Taliesin escribió:
He sido una espada esbelta,
Una gota en el aire,
Una estrella brillante,
Una letra entre las palabras...
 
Durante mucho tiempo estas declaraciones se han considerado grandilocuencias poéticas, pero más recientemente se han reconocido como relatos de experiencias reales. Cuando Taliesin habla de haber "sido" una espada, o una gota de lluvia, o una estrella, quiere decir que literalmente ha experimentado lo que significa estar completamente unificado con las cosas que él ve y oye, de tal modo que se siente como si fuera una de ellas. Habla desde un estado de encarnación, en el que chamán y espíritu están unificados en el mismo tiempo y lugar.
 

Este tipo de tránsito interno hacía el corazón de todas las cosas se produce en un estado de trance, y los chamanes pueden alcanzar grandes profundidades de comprensión por este método. Los practicantes de nuestros tiempos se refieren a esto con el nombre de "viaje chamánico" y emplean distintos métodos para realizarlo. La mayoría usan una fuente de sonidos, como un tambor, o tañen cuerdas o cantan una canción, para ayudarse a alcanzar cierto grado de separación del cuerpo que les permite enviar un hilo a su yo espiritual en busca de conocimiento; otros usan sustancias alucinógenas naturales para separarse de su cuerpo físico.
 
En este estado, el chamán proyecta una parte de su alma, que deja atrás su conciencia cotidiana y entra en un estado alterado de conciencia, en el que puede encontrarse con fuerzas espirituales, aprender de ellas y retornar del otro mundo con descubrimientos, sabiduría y visión.
 
EL SEÑOR DE LAS BESTIAS



La imagen del chamán celta nos mira fijamente desde el caldero Gundestrup, un insólito instrumento descubierto en un cenagal danés que ha sido reconocido como un producto de la cultura celta. Muestra una figura en una pose que asumen muchos chamanes de todo el mundo, con las piernas cruzadas, la espalda erguida y contemplando un mundo qie solo él puede ver. Tiene una cornamenta en la cabeza que podría ser un tocado o unos cuernos crecidos realmente de su cuerpo. Está rodeado por todo tipo de bestias, los aliados espirituales que le permiten entrar a los reinos del Otro Mundo y viajar por ellos sin sufrir ningún daño; con la mano izquierda agarra la cabeza de una serpiente, criatura que desde tiempo inmemorial ha estado asociada con la magia y la sabiduría espiritual.
 
Esta figura, largo tiempo aceptada por los historiadores, arqueólogos y mitólogos como una antigua representación de un chamán, a veces se conoce como el Señor de las Bestias y refleja su conexión con los espíritus aliados, que toman la forma de animales, pájaros y peces. Aparece dramáticamente en una historia que se encuentra en la colección medieval de mitos y leyendas galesas conocida como el Mabinogion. En ella el héroe, Cynon, cuenta la historia de sus aventuras en el Otro Mundo, donde habiéndose encontrado con uno de sus misteriosos moradores, este le instruye para que vaya a un bosque y allí siga un camino hasta un gran claro abrigado con un montículo en el centro.
 
"Y verás un hombre negro de gran estatura sobre el montículo. El tiene un tamaño no menor que el de dos hombres de este mundo. No tiene más un pie, y un ojo en medio de la frente. Y tiene un garrote de hierro, y es cierto que no hay dos hombres en el mundo que podrían levantar su carga.
 
Y no es un hombre hermoso, al contrario, es extremadamente mal parecido; y él es el guardián del bosque".
 
Cyron, sigue estas instrucciones y allí, tal como le habían dicho, encuentra la extraña figura del guardián del bosque:
 
"De enorme estatura como el hombre me había dicho que sería, descubrí que excedía con mucho la descripción que él me había dado... y solo hablaba en respuesta a mis preguntas. Entonces le pregunté que poder tenía sobre aquellos animales.
 
- Te lo mostraré hombrecito - dijo él.
 
Y tomó el garrote en su mano y dio un sonoro golpe a un ciervo, de modo que este bramó con vehemencia, y a su bramido los animales se juntaron, tan numerosos como las estrellas del cielo, de modo que me resultaba difícil encontrar sitio entre ellos en el claro del bosque. Allí había serpientes y dragones, y diversos tipos de animales, y el los miró y les pidió que fueran a alimentarse, e inclinaron sus cabezas y le rindieron pleitesía, como vasallos a su señor.

El Mabinogion.
Traducido por Lady Charlotte Guest, 1906.
 
Todo este pasaje está lleno de sobretonos chamánicos. Está claro que es una historia muy primitiva, a pesar de que no fue escrita hasta la Edad Media. La descripción de la figura con un ojo y un pie se deriva de una manera específica de lanzar los hechizos en la que el chamán se ponía, con una mano tras la espalda y un ojo cerrado, antes de pronunciar sus encantamientos. Se encuentran figuras similares en lugares tan alejados como la cultura Harappan del valle del Indo.
 
En la tradición siberiana hay referencias al nacimiento del primer chamán, recién nacido a sus habilidades chamánicas, y la Madre de los Animales lo deja al cuidado de un espíritu llamado Burgested-Udagan, que tiene un ojo, una mano y una pierna. El hecho de que esta figura también tenga la piel negra, indica su conexión con la tierra y con el submundo. Como todos los chamanes, solo responde cuando le preguntan directamente. El es el Señor de las Bestias, incluyendo a serpientes y dragones, ambas especies están retratadas en el caldero Gundestrup.
 
Su método para convocar a los animales golpeando al ciervo para que su bramido llame a los demás, parece estar relacionado con una situación anterior, en la que el chamán probablemente adoptaba la piel y la cornamenta del ciervo, y convocaba a los animales llamándoles en la lengua de las bestias.
 
La tradición celta está llena de historias de este tipo, que reflejan una visión del mundo en la que la humanidad y el mundo natural están íntimamente relacionados, donde los seres del mundo espiritual caminan abiertamente por nuestro mundo y abren el camino al suyo. Parece más que probable que los relatos posteriores de los santos celtas que, en su aislamiento autoelegido se quedaban sumergidos en el agua helada hasta la cadera o caían en un trance del que despertaban habiendo conversado con un dios o con un ángel, son los herederos naturales de esta práctica más antigua.




















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